Paulo César Peña
Hay otra voz, una que
no me pertenece, porque no soy yo quien la domina, pero que, sin embargo, viene
de mí y dice las cosas que estoy sintiendo en ese momento. Es capaz, siquiera
por unos instantes, de capturar por el lenguaje los fenómenos que asaltan bien
a mi organismo, bien a mi espíritu. Por supuesto que ese lenguaje muchas veces
es figurado, pero, aun así, no miente ni pervierte lo que trata de transmitir
dicha otra voz.
Debo aprender a
escucharla para que no se extinga a los instantes y pueda extenderse sin
problemas a través de los minutos.
La ausencia de la
sensación —física o metafísica— deriva en el silencio o en el artificio.
De a pocos me he ido
dando cuenta que para oírla soy yo quien debe comenzar a hablar.
Hurgo en mí mismo
hasta lograr que el hoyo sea una boca más acorde con lo que necesita ser
expresado.
Mi cuerpo es la
herramienta con la que cavo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario